La operación para dar a luz a la mujer embarazada se llama cesárea. Después de muchos años, la práctica de esta operación se ha vuelto más sencilla y menos arriesgada. Ahora se llama cesárea extraperitoneal. ¿Qué es realmente? Descúbrelo en las siguientes líneas.
Diferencias entre la cesárea clásica y la cesárea extraperitoneal?
La cesárea clásica consiste en abrir el vientre a través de una incisión en el bajo. A continuación, el médico separa los músculos abdominales y accede al útero a través del peritoneo. Recuerda que el peritoneo es la fina membrana que contiene todos los órganos de la cavidad abdominal. Entre ellos se encuentran el tracto urinario, el tracto digestivo, el tracto reproductivo y otros.
Acceder a todos estos órganos sólo durante una operación es arriesgado. Aunque la práctica haya sido probada, siguen existiendo algunas complicaciones como las adherencias a nivel de las cicatrices. También existe el riesgo de una lenta recuperación del tránsito.
La cesárea extraperitoneal, en cambio, utiliza diferentes planos anatómicos para la operación. No pasa por la cavidad abdominal antes de llegar al útero. Simplemente se abre un poco más abajo en el abdomen, entre la vejiga y el útero. Este método se descubrió ya en el siglo XX.
Beneficios de la cesárea extraperitoneal
La cesárea extraperitoneal, aún llamada técnica Cohen Stark, reduce a la mitad el tiempo de una cesárea convencional. Los músculos del abdomen simplemente se separan durante la operación. El peritoneo no se corta y casi no se producen daños en el cuerpo.
El tiempo de recuperación también se reduce en comparación con la otra técnica. La nueva madre ya puede comer y moverse por la noche. Al día siguiente, puede levantarse e irse a casa con su bebé lo antes posible. Hoy en día es raro ver a un médico realizar la antigua técnica de la cesárea para el parto.